Con 22 comedores comunitarios cinco mil niños se alimentan en el Distrito

Los alimentos son preparados por madres y comunidad del sector, generando fortalecimiento al tejido social y contribuyendo a la seguridad alimentaria de los niños de los barrios beneficiarios.
Los alimentos son preparados por madres y comunidad del sector, generando fortalecimiento al tejido social y contribuyendo a la seguridad alimentaria de los niños de los barrios beneficiarios. Foto: Alcaldía de Barranquilla
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Con la puesta en funcionamiento de un nuevo comedor comunitario este sábado en el barrio La Flores se completan 22 en operación en Barranquilla.

A través de su cuenta en X, el alcalde de la ciudad destacó: “Qué lindo saber que esto es posible cada sábado en 22 puntos de la ciudad, donde cerca de 5 mil niños disfrutan de comida saludable y hecha con la sazón y el amor de las madres de la comunidad. Les traemos también actividades recreativas y muchas sorpresas para que pasen un rato diferente y agradable”.

El mandatario explicó que esta estrategia será replicada en más barrios. “Todos los sábados tenemos cerca de 22 comedores en Barranquilla, la idea es llegar a 70 próximamente y tener más de 15.000 niños. Todos los sábados tenemos un alimento caliente, nutritivo, y lo más lindo de todo, preparado por las mismas mamás”.

La estrategia se articula con la comunidad en cada uno de los barrios, a través de la implantación de estos espacios en conjunto con las Juntas de Acción Comunal, líderes y habitantes de los barrios, para hacer posible la preparación y entrega de alimentos a niños y niñas en la cercanía de sus hogares.

“Aquí en este barrio, hacemos las compras en el mercado público, beneficiamos a los comerciantes del mercado público, y llegan las mamás con todo su cariño, con toda su experiencia, y les preparan los alimentos a sus hijos. Nada más poderoso que eso. Sí, porque el amor con que uno cocina, alimenta”, añadió.

El mandatario reiteró que estos comedores además de brindar alimentos nutritivos son fuente de aprovechamiento de recursos.

“Viendo las huertas, las huertas escolares, y los mismos estudiantes, se diseña un proceso de filtraje de agua, la misma comida que sobra aquí, la convierten en abono, y los mismos recipientes donde viene la gaseosa, la convierten en poteras. Le echan agua aquí, y ella va filtrando, y las semillas que entregamos del programa de huertas agricultores, produce alimento para ellos”.