La Ley del Montes | El fenómeno Álex

El Heraldo
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¿Cómo se explica el triunfo contundente que vaticinan las encuestas del ex alcalde de Barranquilla en las elecciones de octubre?

Que Álex Char cuente con el 86,2 por ciento de la intención de voto de los barranquilleros en la más reciente encuesta de Invamer es algo que no sorprende. No solo por el hecho de ser reconocido por el 97 por ciento de los encuestados, sino porque en sus dos mandatos anteriores dejó una serie de obras que transformaron a Barranquilla de forma radical, después de tener todas ellas respaldo y continuidad en las administraciones de Elsa Noguera y Jaime Pumarejo.

Los electores suelen ser mucho más inteligentes de lo que piensan sus elegidos. En el caso de Barranquilla, el masivo respaldo que recibe la
tercera candidatura de Alex Char obedece a la plena conciencia que tienen sus electores de que gracias a su gestión la ciudad se transformó del cielo a la tierra.

Una cosa era Barranquilla en 2008 –cuando Alex Char llegó por primera vez a la Alcaldía– y otra muy distinta es ahora que quiere repetir mandato, porque siente que aún hay cosas por hacer y mejorar para convertirla en “la mejor ciudad de Colombia, un modelo y un referente nacional”, como ha sido su sueño desde que tomó los destinos de la ciudad por primera vez.

Su deseo de volver a la Alcaldía no obedece, pues, a un asunto de egos, sino de amor por una ciudad que le ha dado todo, tanto a él como a su familia. Hoy cuenta con más experiencia, producto de su paso por el Gobierno nacional, así como las enseñanzas que le dejó su aspiración a la Presidencia de la República el año pasado. El Alex modelo 2023 luce más tranquilo y sosegado a la hora de tomar decisiones.

De ganar por tercera vez la Alcaldía de Barranquilla, como muestran todas las encuestas, Alex Char deberá concentrarse no solo en continuar por la senda que trazó en 2008, sino en asumir nuevos retos, que tienen que ver con “mejorar la agenda social de la ciudad”, en especial en los sectores más vulnerables y con brindarle mayor seguridad a los habitantes de Barranquilla. La inseguridad es –sin duda– el gran reto no solo de Alex Char, sino de todos aquellos que ganen las alcaldías en las principales ciudades del país.

La importancia del respaldo y el “voto de confianza”

Así como en los sistemas democráticos existe el llamado “voto castigo”, que se encarga de pasarles factura a los malos gobernantes, también permite que los electores premien con su voto a quienes han hecho muy bien su labor. Ese voto es el respaldo a una buena gestión. Punto.

Gobernantes que se han equivocado –o no han honrado sus compromisos con sus votantes– pierden su respaldo en la siguiente elección. Es lo que ocurre, por ejemplo, con Medellín y Cali, donde los candidatos afines a los actuales alcaldes no son favoritos en las encuestas.

Los electores premian a quienes hacen una buena gestión y castigan a quienes se equivocan. En eso consiste el poder del voto en una democracia. Y hacer una buena gestión tiene que ver con gobernar para todos, no solo para quienes los eligieron. Esa es la diferencia entre un buen gobernante y un mal gobernante.

La mezquindad es propia de los malos gobernantes. Tener el 86,2 por ciento de la intención de voto –después de dos administraciones– habla muy bien de Alex Char como alcalde. Ese respaldo masivo no es gratuito, ni tampoco es producto de prácticas perversas o antidemocráticas, como piensan sus detractores.

Es simplemente un voto de confianza por las obras realizadas y que en su caso tiene que ver con conocer –palmo a palmo– cada uno de los rincones de la ciudad, entre otras cosas, porque nadie la ha recorrido como él.

Relaciones con el Gobierno nacional

En un país con una tradición tan centralista, donde casi todas las grandes decisiones se toman en oficinas de Bogotá, es necesaria una relación armónica entre las administraciones locales o regionales con el Gobierno nacional. Ello no tiene nada que ver con las ideologías o las tendencias o militancias políticas de los gobernantes de turno.

El Espectador

El interés de la ciudad y los intereses del país deben primar sobre las motivaciones individuales o particulares de los gobernantes. No es un asunto de egos, sino de primacía del interés general. En sus administraciones tanto Alex Char como sus sucesores han sabido entender esa realidad política. Las diferencias se abordan desde el respeto y la cordialidad, sabiendo siempre que los intereses de Barranquilla están primero.

Es bueno que el Gobierno nacional también así lo entienda, en caso de un triunfo de Alex Char en octubre. Un buen ejemplo de ello son los Juegos Panamericanos, cuya sede se logró después de grandes esfuerzos y sacrificios.

Hoy su realización corre peligro por cuenta de que el Gobierno nacional sigue sin destinar los recursos que se requieren para la realización de los Juegos, evento que serviría no solo a Barranquilla, sino a toda la región Caribe y al país.

Respaldo a un modelo de ciudad

¿Por qué los electores quieren de forma abrumadora que Alex Char regrese a la Alcaldía? Porque reconocen no solo su gestión, sino la de quienes dieron continuidad a sus programas, como Elsa Noguera y Jaime Pumarejo.

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Se trata de un respaldo a un “modelo de ciudad”, que comenzó en 2008, cuando Alex llegó a la Alcaldía y le tocó afrontar el gran reto de sacar adelante una ciudad inviable, que se encontraba quebrada e intervenida por la Ley 550. En ese momento Barranquilla no tenía futuro.

Nadie apostaba un peso por la ciudad. La visión y la gestión de Alex Char contagiaron a los barranquilleros de que si era posible embarcarse en “obras imposibles”, como la canalización de los arroyos y la recuperación de la competitividad de la ciudad, como en los años 30, cuando se ganó a pulso el rótulo de la “Puerta de Oro de Colombia”.

Para ello fue necesario “volverle a ver la cara al río Magdalena”, como ocurre hoy con millones de turistas que recorren todos los años el Gran Malecón del Río.

Esta decisión estratégica sirvió, además, para que la inmensa mayoría de los barranquilleros y barranquilleras recuperaran el amor por la ciudad, que lo habían perdido por décadas de desidia y malas administraciones.

Obras son amores

El plan de desarrollo de la primera administración de Alex Char lo “escribió” con los habitantes de todos los barrios que visitó. Una vez elegido alcalde honró su palabra y cumplió sus compromisos.

Twitter : Alejandro Char

Desde entonces se vienen desarrollando programas como la recuperación y construcción de parques en todos los barrios, la construcción y desarrollo integral del Gran Malecón del Río, desde La Loma hasta Siape; Universidad al Barrio; la atención integral de pacientes a través de una red de puestos de salud, clínicas y hospitales atendidos 24 horas. Además, puso en marcha programas como “Barrios a la obra”, que permitió la pavimentación de casi todos los sectores más deprimidos de la ciudad. Comenzó la canalización de los “arroyos de la muerte”, llamados así por la infinita cantidad de hombres, mujeres y niños que perdieron sus vidas en sus aguas turbias y pestilentes.

Alcaldía de Barranquilla

El reconocimiento y la aprobación que hoy tiene el nombre de Alex Char obedece, pues, a las obras realizadas que hablan por él. Esa es la razón por la cual en esta oportunidad su campaña se ha caracterizado por la poca figuración en los medios y una escasa visibilidad de su figura como candidato. De hecho, por la ciudad se observa una que otra valla publicitaria con un certero y contundente: Alex, alcalde. No se requiere más. Toda Barranquilla sabe quién es y qué ha hecho por la ciudad.