La Ley del Montes | Petro y el Eln, ¿al fin qué?

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El Gobierno debe decidirse: ¿o les da tratamiento político a los jefes guerrilleros o los trata como traquetos?

 

Por ÓSCAR MONTES
@leydelmontes

Aunque se sabía que la negociación con el ELN no sería fácil -nunca lo ha sido- el camino tortuoso que está recorriendo hace pensar que ni el presidente Gustavo Petro, ni su equipo negociador, sabían con certeza el potro cerrero en el que se estaban montando. Después de nueve meses de mandato de Petro es claro que la paz con el ELN está bastante enredada. Y lo que llama la atención es que buena parte de la culpa de lo que sucede la tiene el propio Petro, que se muestra dubitativo y hasta temeroso algunas veces. Mientras Petro -no el comisionado de paz, Danilo Rueda- no asuma esa negociación con realismo y carácter, los diálogos con el ELN seguirán empantanados.

El episodio más reciente -que puso en “pausa” la negociación- ocurrió luego del viaje de Petro a España y Portugal, y después de su reunión con los altos mandos militares en Bogotá. En ambos escenarios Petro pecó por imprudente y por ingenuo, dos defectos imperdonables en un gobernante.

En su periplo por España, a comienzos de mayo, Petro le pidió al gobierno español que ayude a sacar al ELN de las “listas de terroristas que elaboran los países”. Pero Petro fue más allá: sostuvo que de darse ese hecho, el ELN podría adquirir “otro estatus realmente político”. La petición de Petro tomó por sorpresa al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien solo atinó a decir que la parecía “prematuro” anticipar la futura posición de España sobre ese asunto.

El otro episodio se llevó a cabo en Bogotá, a mediados de mayo, en el encuentro de Petro con los altos mandos militares. En dicha reunión, el Presidente se dejó llevar de la lengua y al referirse a la situación actual de la guerrilla en el país, en particular del ELN, afirmó que “en la guerrilla queda poca tradición política e ideológica, pues su razón de ser es la economía ilícita”.

Aunque no le falta razón a Petro al cuestionar con dureza la razón de ser de la guerrilla en la actualidad, el hecho de que se haya “despachado” contra la guerrilla a pocos días del inicio de una nueva fase de diálogos con el ELN en La Habana, produjo -como era de esperarse- una crisis en la mesa de negociación. Esa fue la razón por la cual el ELN declaró una “pausa” en la negociación. Para superar el difícil momento el gobierno debió reconocer el “carácter político” del ELN. Luego del “mea culpa” del Gobierno, las conversaciones siguieron en La Habana, aunque con una nueva dosis de desconfianza por parte del ELN, cuyos jefes siguen molestos por el rótulo de “traquetos” que Petro les endilgó en su encuentro con los militares.

¿Qué sigue en la negociación con el ELN? ¿Para dónde van los diálogos?

Negociar con firmeza y carácter

A la hora de negociar con grupos armados ilegales se requiere firmeza y carácter por parte del gobierno. Firmeza para decir verdades y carácter para sostenerlas, cuando sea necesario. Punto. Por desgracia en la negociación con el ELN, al Presidente Petro le faltan las dos. Veamos: nadie tiene dudas de que el ELN es un grupo guerrillero que se financia con dineros provenientes de “economías ilícitas”, como el narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro y la extorsión. Petro sabe que es así y eso mismo fue lo que les dijo a los altos mandos militares en Bogotá. Pero si ello es así, entonces por qué solicitó al gobierno español que gestionara el retiro del ELN de las listas de “terroristas”, que elaboran varios países, entre ellos España.

Petro debe definirse sobre lo que piensa del ELN: ¿o son traquetos o tienen vocación política? Lo que sí tiene muy mala presentación, demuestra incoherencia y genera desconfianza, es que Petro por un lado llame “traquetos” al ELN y por otro lado pida tratamiento político para ese grupo guerrillero. Por cuenta de no ser coherente, Petro quedó mal con todo el mundo: con España, al que le pidió el favor de mediar por el ELN; con el propio ELN y con la opinión pública colombiana, que sigue sin saber qué piensa en realidad el Presidente en relación con el ELN.

Si no les gusta que les digan “traquetos”, dejen de traquetear

El ELN no se debe “delicar” cada vez que alguien les diga la verdad, sea Petro o cualquier otra persona. Para que no les digan “traquetos” deben dejar de “traquetear”. Para que no les digan secuestradores, deben dejar de secuestrar. Para que no les digan extorsionistas, deben dejar de extorsionar. Lo que no pueden pretender es comportarse como criminales y exigir que no los llamen criminales. Tiene razón Petro cuando afirma que una cosa era el ELN del cura Camilo Torres y otra muy distinta el ELN de Antonio García y el Coce.

Este grupo guerrillero no tiene nada que ver con aquel, lo único en común que tienen es la bandera, como bien lo dijo Petro. En conversación que sostuve con el ex presidente Iván Duque para La Ley del Montes de TELECARIBE, el ex mandatario afirmó que la mayor dificultad que tiene negociar con ese grupo insurgente es que “cada quien hace lo que le da la gana”, como ocurre con la “Dinal”, el “Coce”, entre otros mandos que lo conforman. De manera que el propio ELN también deber ordenar muy bien la casa si quiere llevar a feliz término está negociación con el gobierno de Petro.

¿Cuántos sapos hay que tragarse?

El jefe negociador del gobierno en La Habana, Otty Patiño, también hizo su aporte en este viaje turbulento que es la negociación con el ELN. Al ser interrogado por los periodistas sobre el reclutamiento de menores por parte de ese grupo guerrillero, Patiño se bajó por las ramas con un enigmático: “puede ser, puede ser”. Esta vez la tormenta corrió por cuenta de la opinión pública y los medios de comunicación, quienes -con razón- cuestionaron la temerosa respuesta de Patiño.

¿Ahora resulta que el ELN tampoco recluta menores? Este tipo de respuestas, o afirmaciones, hacen creer que en su afán por sacar adelante la negociación, el gobierno está dispuesto a tragarse todos los sapos que sean necesarios. Sobre el reclutamiento de menores, por ejemplo, un estudio del ICBF demostró que en la última década el ELN reclutó 587 menores, muchos de ellos pertenecientes a comunidades indígenas. Insisto: si a los jefes del ELN no les gusta que les digan “reclutadores de menores”, pues que dejen de reclutar menores. Así de simple. Y Patiño -así como los otros negociadores del gobierno- deben saber que están en la mesa representando a la sociedad, la misma que por décadas ha padecido el comportamiento indolente y criminal del ELN.

Respuesta inmediata a ofensiva guerrillera

En momentos en que se adelanta la nueva fase de negociación con el ELN en La Habana, después de la “pausa” declarada por ese grupo guerrillero, el país sigue sin saber qué pasará a ciencia cierta con el cese al fuego bilateral, propuesto por el gobierno. Tampoco se sabe si la iniciativa de “diálogos regionales” se llevará a cabo, como pretende el Gobierno. Lo que sí no está el “pausa” es la arremetida del ELN contra miembros de la Fuerza Pública, población civil y obras de infraestructura en todo el país.

La ofensiva guerrillera no conoce de tregua, pues a diario se conocen casos de secuestros, extorsiones, voladuras de oleoductos y quemas de buses y camiones, acciones de terror ejecutadas por ese grupo guerrillero. Mientras tanto, llama la atención la falta de respuestas contundentes por parte de la Fuerza Pública y el Ejército Nacional. La población no puede estar a merced de las organizaciones al margen de la ley, como sucede en estos momentos en algunas zonas del país. La expectativa de una “paz total, que no llega, no puede maniatar a quienes tienen la obligación de garantizar la vida y la integridad de todos los colombianos.