Desde ya usted se puede programar para este fin de semana del viernes 11 hasta el domingo 13 de octubre, para disfrutar del vibrante sonido del tambor que se escuchará desde las orillas del Canal del Dique hasta cada rincón de la región Caribe en el XXIII Festival Nacional Son de Negro, con el lema ‘A otro nivel’.
Esta celebración autóctona de esta población ubicada en el Sur del departamento del Atlántico, se realizará en la plaza principal, organizada por la Alcaldía Municipal, con el apoyo de la Gobernación del Atlántico y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Este festival, que enaltece las tradiciones afrocolombianas, incluye danza, música, talleres, exposiciones, artesanías y gastronomía. Además, participarán grupos folclóricos que representarán mitos, ritos y desafíos ancestrales a través del son negro tradicional, el son negro sentao, juegos y bailes en pareja, entre otros.
Este festival contará con la participación de 35 grupos, unos 800 artistas dedicados a la danza de negro, además de otros grupos folclóricos nacionales, con la asistencia de ocho mil personas en los tres días de la festividad.
Entre los municipios invitados destacan Calamar, Mahates, San Basilio de Palenque (Bolívar); Bahía Honda (Magdalena); y del Atlántico, de Puerto Colombia, Soledad, Santo Tomás, Campo de la Cruz, Suan, corregimiento Algodonal y grupos en representación de Santa Lucía.
Detalles de la programación
Comienza el viernes 11 de octubre a las 2:00 p.m. en la Plaza Son de Negro con una muestra de danzas y tradiciones. El acto inaugural será a las 7:00 p. m.
El sábado 12 de octubre, la jornada iniciará a las 4:00 a. m. con una alborada que partirá de la Casa de Cultura, ‘Rafael Arturo Martínez’ y culminará en la Plaza Son de Negro, seguida de un conversatorio sobre el impacto turístico del festival y una feria gastronómica y artesanal.
Desde las 4:00 p. m. las calles de Santa Lucía se adornarán con las agrupaciones y semilleros que exhibirán sus danzas y tradiciones. A las 7:00 p. m., comenzará la ronda eliminatoria de los grupos de danza.
El domingo 13, a las 10:00 a. m., el malecón de Santa Lucía será el escenario de exposiciones gastronómicas y artesanales, con presentaciones folclóricas y actividades para niños ‘Los Niños Pintan su Festival’ en el espacio para que tengan oportunidad de expresar su creatividad y compartir su visión del festival a través del arte. La premiación final se realizará a las 10:00 p. m.
Conozca más del Son de Negro
Álex Jordán, promotor del festival, explicó que las expresiones faciales de los bailarines son una sátira de los negros esclavizados hacia los españoles. En sus inicios, el baile era exclusivo de hombres, aunque hoy en día también participan mujeres en los coros. Jordán mencionó, además, la leyenda de Guillermina, cuyo esposo se disfrazó de ella para vengar su honor.
Los bailarines visten pantalones cortos, cuerpos pintados de negro y sombreros decorados con flores o papeles de colores. Usan machetes de madera para simbolizar las batallas y el trabajo agrícola de sus antepasados. “Esta danza, originada entre las poblaciones aledañas al Canal del Dique, como Calamar, Soplaviento, Arenal, Repelón, Manatí, San Cristóbal, San Basilio de Palenque, hoy esta expresión cultural ha trascendido a otros rincones de la región Caribe”, anotó Jordán.
El Son de Negro tuvo sus inicios en 1996, por iniciativa de la Fundación Por Ti Santa Lucía, apoyada en la tesis laureada del profesor Manuel Antonio Pérez Herrera, quien investigó profundamente la danza con el objetivo de redimir estas costumbres ancestrales, heredadas de los pueblos ubicados a orillas del Magdalena.
Según cuenta Pérez, el origen del Son de Negro en el país está ligado a la construcción del Canal del Dique y por ello, desde Calamar hasta Cartagena, incluyendo todos los pueblos, municipios y corregimientos en esta orilla del Magdalena tienen una variación de esta danza. Los esclavos que construyeron esta obra de infraestructura —muchos de ellos provenientes del Congo— dejaron su huella cultural en estas poblaciones.
Pérez señaló que, originalmente, era una danza que se caracterizaba por ser guerrera y de competencia, de quien bailaba mejor. Con el tiempo, se va contextualizando al Caribe colombiano, y aun cuando mantiene todavía muchas similitudes con la tradición africana, también se denotan sus divergencias en varias facetas. En este sentido, el Son de Negro no es un disfraz sino una expresión cultural de la cotidianidad de una comunidad.
“Su mayor característica es que ellos utilizan ese color negro, esa pintura plástica para decirle al mundo que somos negros, y que sepa que es una danza que pertenece a la comunidad negra”, añadió Pérez. Sobre las características expresiones faciales, aclaró que no se trata de una burla sino de expresiones faciales propias de la guerra, de comunicación corporal tanto con los aliados como con los enemigos.