¡Responda, Presidente!

Presidente Petro pide que se instalen Puestos de Mando Unificado en zonas en riesgo por fenómeno de La Niña
COMPARTIR EN:

Más allá de las sanciones penales que se deriven de los escándalos de su gobierno, la responsabilidad política de Gustavo Petro en los hechos denunciados es ineludible e intransferible.

Gustavo Petro no puede pretender seguir evadiendo la responsabilidad política de lo que sucede en su gobierno. Descargar sus culpas en los anteriores presidentes, o señalar con cinismo a algunos de sus funcionarios, como si hicieran parte de otro mandato, no es el mejor proceder para alguien que tiene el honor y el privilegio de ser el jefe del Estado colombiano.

Desde que empezó su gobierno, hace ya casi dos años, para Petro todos son culpables menos él. Cuando no es Uribe es Duque y cuando no es Duque, entonces el culpable de la crisis -según Petro- es Santos, su antiguo aliado político. Otras veces los señalados son las altas cortes y el Congreso de la República.

Sobre el escándalo de los carrotanques de La Guajira, avivado con las declaraciones de Olmedo López a Vicky Dávila para la revista Semana, en la que no solo se ratifica en sus señalamientos a los presidentes de Senado y Cámara, Iván Name y Andrés Calle, sino que involucra al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, el presidente Petro salió de inmediato en defensa de su gobierno.

“Cuando un medio dice ‘el gobierno de Petro compra congresistas’, lo que está indicando es que las prácticas corruptas son ordenadas por mi, y eso en un medio de comunicación, o en la boca de cualquier persona, es una profunda y vil calumnia, porque jamás, nadie podrá decir que en mi calidad de gobernante o de ser humano he ordenado una práctica corrupta. No defiendo a nadie, no soy Duque, el que la haga se va”, escribió Petro en su cuenta de X.

Petro -una vez más- le dispara al mensajero -el medio de comunicación- para eludir la gravedad del mensaje, que no es otra cosa que los señalamientos de Olmedo López, nombrado por Petro como director de la UNGRD, contra aliados políticos del gobierno y contra su ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.

Quien sostiene que el “gobierno compra congresistas” es Olmedo López, no es el medio de comunicación. Nadie señala a Petro de ordenar prácticas corruptas o de ser corrupto. Lo que se afirma es que en su gobierno si hay prácticas corruptas, como lo demuestra el caso del propio López y su subalterno, Sneyder Pinilla, ex subdirector de la UNGRD, quienes reconocieron sus delitos y están a la espera de negociar beneficios judiciales con la Fiscalía a cambio de su confesión. ¿Fueron o no funcionarios de su gobierno, tanto López como Pinilla? ¿Velasco es o no su ministro del interior? ¿Sandra Ortiz, fue o no su alta consejera para las regiones?

Pero, además, cuando López sostiene que el gobierno de Petro “compró congresistas”, es apenas obvio que se trate de esclarecer quién o quiénes fueron los encargados de comprarlos a nombre del gobierno y cuáles fueron los congresistas que se vendieron.

De igual manera, se hace obligatorio establecerse cuál fue el propósito de dicha “compra”: ¿aprobar las leyes del gobierno, como sostienen tanto López, como Pinilla? ¿Quiénes participaron de esa operación delictiva? Si, como dice López, recibió órdenes del ministro Velasco, entonces la pregunta es: ¿Quién le ordenó al ministro Velasco que “comprara congresistas”? ¿A quién obedece el ministro Velasco? Todos estos graves hechos deben investigarse y aclararse, por el bien del país y -sobre todo- por el bien del propio gobierno de Petro, que llegó al poder con la bandera del cambio y la lucha contra la corrupción.

De manera que Petro debe entender que la responsabilidad política no puede eludirse, cuando se trata de hechos de corrupción. Mucho menos, cuando los señalados de corruptos hacen parte del gobierno y fueron designados por el propio presidente de la República.

¿Hasta dónde llegará el escándalo de los carrotanques de La Guajira? ¿Quienes participaron en ese entramado criminal?

La responsabilidad política del Presidente es ineludible

En sus tiempos de congresista opositor, Gustavo Petro no dudaba un segundo en señalar a los presidentes Álvaro Uribe e Iván Duque de todo lo malo que sucedía en las distintas instituciones del Estado. Los sindicaba -y los sindica aún- de todos los males, desde los más insignificantes hasta los más graves, como sucede con los llamados “falsos positivos”, en el caso de Uribe. En el caso de Duque, su proceder es el mismo: como presidente, Duque es el gran responsable de todo lo malo que sucedió en su gobierno, según Petro.

Ocurre, sin embargo, que el rasero con el que ahora Petro se mide de Presidente es muy distinto al que utilizaba para medir a sus antecesores. Ahora Petro pretende eludir su responsabilidad política en los hechos de corrupción ocurridos durante su mandato, que involucran funcionarios de su gobierno. Pero resulta que esa responsabilidad política es ineludible e intransferible. Quien debe responder políticamente por la corrupción en su gobierno es Petro. Punto. Nadie más. En el caso de Olmedo López, por ejemplo, hasta ahora nadie ha dicho que Petro dio la orden de “comprar congresistas”. Pero si fue Petro quien no solo lo nombró director de la UNGRD, sino que lo defendió cuando la Contraloría y la Procuraduría General abrieron investigaciones en su contra. A Sandra Ortiz la nombró él y por supuesto que fue él quien designó a Luis Fernando Velasco ministro del Interior.

Si Velasco transmitía instrucciones a Olmedo López, ¿quién le daba instrucciones a Velasco?

La responsabilidad política de Petro en el caso del ministro Luis Fernando Velasco es aún mayor. Velasco es su hombre de confianza en el Congreso. Es quien se entiende directamente con los congresistas. Su tarea -asignada por Petro- es buscar acuerdos con los parlamentarios para tramitar y sacar adelante las leyes de interés del gobierno. “El doctor Velasco le contará al país cuáles fueron los motivos de una agenda que se adelantaba y de la que soy testigo. Yo transmitía las instrucciones que recibía y las transmitía a uno de mis subalternos. El doctor Velasco tendrá que explicarle mucho al país”, le dijo Olmedo López a Semana. Si Velasco le transmitía instrucciones a Olmedo López, que se las transmitía a Sneyder Pinilla, ¿quién le transmitía las instrucciones a Velasco? ¿Nadie? ¿A Velasco se le ocurrían las instrucciones para “comprar congresistas”? El jefe inmediato de Velasco es Petro. Nadie más. Ni Laura Sarabia, ni Carlos Ramón González, figuran como jefes de Velasco. Por consiguiente la responsabilidad política de todo lo que suceda con Velasco recae sobre Petro, quien lo nombró y le asignó responsabilidades.

Los “ventiladores” de Olmedo López y Sneyder Pinilla deben seguir soplando

Uno de los nombres que salió a relucir por cuenta de la “despachada” de Olmedo López con Semana es el del representante a la Cámara por Córdoba, Wadith Manzur. Según el ex director de la UNGRD, a Manzur -presidente de la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes- el gobierno de Petro “lo compró”. Olmedo López tendrá que explicar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que se habría dado dicha “compra”. “El se vendió. Para cometer este tipo de hechos se necesitan dos partes, no una. El que entrega, el que ofrece, el que da la orden y el que recibe”, declaró Olmedo López. La obligación de Olmedo López es ponerle rostros a los protagonistas de la historia: ¿Quién entregó? ¿Quién ofreció? ¿Quién dio la orden? Y ¿quién recibió? Según Olmedo López, los que recibieron habrían sido Iván Name, Andres Calle y Wadith Manzur. ¿Cuánto dinero se habría repartido? López y Pinilla también tendrán que confesar la cifra que se repartió, así como sus beneficiarios.

¿Todo ocurrió a espaldas de Petro?

El escándalo del proceso 8.000, que tuvo como protagonista principal al ex presidente Ernesto Samper, hoy convertido en consejero de Petro, dejó como gran lección que nada puede suceder a espaldas del candidato y mucho menos del Presidente de la República. Pero, al parecer, en el caso de Petro todo habría sucedido a sus espaldas, tanto de candidato como de Presidente. Como candidato, no se habría enterado de los dineros gestionados por su hijo Nicolás, ni por los directivos de la campaña. El primero ante el Hombre Marlboro y el Turco Hilsaca y los segundos ante Fecode y otras organizaciones sindicales, que habrían servido para “volar los topes electorales”. El candidato Petro, al parecer, tampoco supo del alquiler de avionetas para su movilización. Y de Presidente, a espaldas de Petro, también se habría llevado a cabo la “operación criminal de comprar congresistas”, hechos que, al parecer, hasta ahora están siendo conocidos por Petro. Eso también habría ocurrido a sus espaldas.